La confianza está en declive. Sin embargo, a medida que disminuyen los niveles de confianza en los gobiernos, medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales (ONG), el sector empresarial ha logrado posicionarse como la institución más confiable. Según el Edelman Trust Barometer de 2022, esta tendencia es especialmente cierta para Latinoamérica, donde la confianza en el sector empresarial supera a la confianza en el gobierno por 34 puntos en Argentina; 32 puntos en Colombia; 30 puntos en Brasil y 28 en México. No obstante, la confianza depositada en las empresas implica que los stakeholders tienen mayores expectativas que nunca. En su posición como la institución más confiable, se espera que el sector empresarial tome liderazgo en lo que concierne a temas sociales, más allá de simplemente ofrecer buenos productos en el mercado o brindar servicios de manera responsable.

El contexto importa cuando se trata de soluciones de ESG

El concepto de ESG (que considera criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo) se ha consolidado como una tendencia tanto en los medios de comunicación como en los negocios. Sin embargo, a la fecha no existe una definición estandarizada de ESG, por lo que persiste cierta confusión sobre las implicaciones reales detrás de estas siglas. Esto ha conducido a que existan distintas formas de definir los criterios ESG dependiendo del sector, el modelo de negocio, la ubicación y los factores externos.

Si bien muchas empresas en Latinoamérica están impulsando la sostenibilidad y la inclusión en sus operaciones y esferas de influencia, los criterios ESG aún son incipientes, especialmente en comparación con otros mercados donde existen presiones regulatorias y por parte de inversionistas que han acelerado la adopción de estas medidas. Las empresas latinoamericanas enfrentan realidades comerciales, políticas y sociales significativamente diferentes a las de otros lugares del mundo. El entorno operativo para estas empresas es muy complejo: existen bajos niveles de confianza en los gobiernos, ha disminuido la confianza hacia las ONG, persiste un panorama con altos niveles de desigualdad y pobreza, las economías dependen en gran medida de la comercialización de materias primas o commodities y algunos países de la región tienen altos niveles de inflación.

Cómo priorizar para incorporar criterios ESG

Las empresas de la región que buscan integrar criterios de ESG en sus operaciones de forma exitosa deben, en primer lugar, tener muy claras sus prioridades comerciales. Con el objetivo de mantenerse a la vanguardia en sus respectivas industrias, los líderes empresariales pueden comenzar a priorizar acciones tomando en cuenta las siguientes recomendaciones:

  1. Alinear la estrategia de sostenibilidad con la de negocio

Muy frecuentemente las empresas se ven obligadas a implementar criterios ESG de manera reactiva como resultado de la presión que ejercen sus stakeholders. Ante esta situación, es comprensible que las empresas hagan todo lo posible por comenzar atendiendo el llamado específico, pero al hacerlo de forma reactiva pierden de vista una perspectiva más amplia. En cambio, si una empresa prioriza sus objetivos comerciales y los alinea con un análisis de oportunidades en materia ESG —considerando su desempeño financiero más su impacto social y ambiental, tanto al interior como al exterior—, puede aprovechar mejor sus fortalezas para impulsar el cambio y generar valor empresarial. Crear una conexión clara entre el propósito, la misión y los valores de la empresa con los criterios ESG es una manera efectiva de institucionalizar la estrategia de sostenibilidad y fortalecer la relación con stakeholders. En vista de la volatilidad y desafíos que persisten en Latinoamérica, es crucial alinear los objetivos internamente desde los niveles gerenciales más altos. De igual maneral, para mantener una posición de liderazgo, las empresas deben asegurarse de que sus equipos de gestión y sus directivos estén capacitados en materia ESG. Cada colaborador debe comprender qué significa ESG y cómo se conectan estos criterios con la cadena de suministro, la innovación, el riesgo, las auditorías, las comunicaciones y toda la gama de unidades funcionales, así como saber cuáles son los desafíos habituales a los que se enfrentan. Si una empresa consigue implementar y acatar estos criterios, entonces estará mejor posicionada para ofrecer resultados óptimos.

  1. Integrar los criterios ESG a las funciones operativas

Muchas empresas han establecido estrategias y objetivos ESG sólidos, pero siguen luchando para lograr implementarlos. La carga no debe recaer solo en, por ejemplo, la directora de sostenibilidad o la persona líder de ESG. Los esfuerzos de sostenibilidad deben ser transversales e integrales a nivel operativo, pero esto puede ser un desafío para las empresas latinoamericanas que, como en muchas otras regiones, históricamente cuentan con pocos recursos para esta área. Es importante destacar que cuando las empresas alinean los criterios ESG con su estrategia general, el resultado deriva en rendimientos comerciales, por lo que estos esfuerzos son una inversión valiosa que se debe tratar con la misma dedicación y rigor que otras prioridades de negocio.

  1. Establecer roles y responsabilidades multifuncionales para obtener datos y generar reportes

Durante décadas, los equipos internos de sostenibilidad han centralizado el esfuerzo de recopilar, analizar, sintetizar e informar sobre las acciones de las empresas toman en materia de ESG. Sin embargo, eso está cambiando, ya que cada vez más stakeholders internos desempeñan un papel clave, incluidas las áreas de finanzas, legal y auditoría interna, así como las de comunicación corporativa o los equipos de RSE. Las empresas pueden integrar datos y producir reportes sobre sus avances en materia de ESG de forma más eficiente si integran un comité multidisciplinario que cuente con criterios de gobernanza corporativa y responsabilidad para medir el progreso con miras a lograr los objetivos deseados. Para esto, es fundamental establecer las responsabilidades desde el inicio, así como fijar las expectativas y los protocolos relacionados con la recopilación de datos y sobre cómo se deben reportar con el fin de garantizar que se cumpla con las expectativas en cuanto a precisión y transparencia. Asimismo, cualquier empresa que comparta datos de ESG debe estar preparada para ser auditada por organismos externos, que sean confiables y estén acreditados para hacer evaluaciones en materia de sostenibilidad.

  1. Implementar una comunicación estratégica y storytelling sin comprometer la transparencia y rigurosidad

¿Cómo se ven en la práctica la diversidad, la equidad y la inclusión? ¿Cómo se logra realmente llegar a cero emisiones netas? ¿Qué significa todo esto para la compañía y qué implica para los stakeholders? Sin duda, la comunicación corporativa en torno a los criterios ESG ha evolucionado, pero existe el riesgo de que las empresas que buscan implementar criterios ESG puedan parecer autocomplacientes o, por el contrario, no darse suficiente crédito ni comunicar sus logros lo suficiente. Las agencias calificadoras, los inversionistas, los empleados y los clientes potenciales consumen información sobre sostenibilidad corporativa. Por eso, si no se comunica de manera efectiva el progreso de la estrategia de sostenibilidad, las empresas podrían perder oportunidades importantes para involucrar a sus actores clave y generar confianza.

Cuando se trata de ESG, no existen soluciones simples, pero siguiendo estos pasos probados, las empresas pueden navegar la incertidumbre y fortalecer su valor como negocio, así como su contribución a la sociedad.

Lane Jost, Head of ESG Advisory US, Edelman Smithfield
Jeff Senne, CEO, Sandbar Solutions (former Head of Responsible Business Leadership at PwC US and Mexico)

 

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